La aplicación de los ODS para Pueblos Indígenas en América Latina / by Museo Indigena

Foto: Gustavo Gutiérrez / Stereog

Foto: Gustavo Gutiérrez / Stereog

En América Latina, la población indígena supera los 45 millones de personas.

Agencia. La Agenda 2030, tiene una relación clara con el ejercicio de los derechos de los Pueblos Indígenas. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), 156 de las 169 metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), están estrechamente relacionados con los derechos humanos; y, 73 de esas metas están relacionadas de manera significativa con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (Cultural Survival, 2019).

Aun así, en América Latina y el Caribe, los desafíos para la implementación de los ODS, dejan al descubierto las brechas de desigualdad y racismo estructural que enfrentan los Pueblos Indígenas, y sobre todo ha puesto al descubierto la incapacidad de los Estados de incluir a esos Pueblos como agentes de cambio y liderazgo de procesos de desarrollo en el marco de un modelo intercultural.

En América Latina, la población indígena supera los 45 millones de personas, poco menos del 10 porciento de la población total de la región, por lo cual, es la zona de mayor densidad demográfica indígena del planeta.

En la región se registran 826 Pueblos Indígenas distintos, de los cuales, unos 100 tienen carácter transfronterizo, es decir, que residen en al menos dos países de la región; y, hay aproximadamente 200 pueblos en aislamiento voluntario (IWGIA, 2017 citado en FILAC 2020).

La visión de desarrollo de los Pueblos Indígenas en América Latina y el Caribe es un concepto plural y multidimensional que nace de sus propias cosmovisiones.

Se basa en los valores de la cultura de la vida, la convivencia y la complementariedad entre las personas y la naturaleza, respondiendo a la protección del bien común y la vida en beneficio del conjunto de comunidades y naciones.

Ese concepto, que tiene denominaciones particulares para cada Pueblo Indígena, se caracteriza por un enfoque holístico e integral; busca construirse sobre el ejercicio de los derechos colectivos, la seguridad, mayor control y autogobierno sobre tierras, territorios y recursos.

Se construye sobre la identidad colectiva, la tradición y el respeto a los ancestros, pero con la visión hacia el futuro.

La discusión durante el año 2019 alrededor de la implementación de la Agenda 2030, llevo a un análisis crítico sobre el accionar de los países, como lo ha expresado Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), quien considera que los Estados deben de buscar una estrategia para cooperar en temas que superen los espacios nacionales, acordar nuevos enfoques frente a la desigualdad, la crisis ambientales, migraciones, revolución tecnológica y reducción de conflictos, todo lo cual exige nuevas formas de cooperación multilateral para fortalecer una democracia que sea compatible con la Agenda 2030, los ODS y el Acuerdo de Paris.

Ya en 2019, Bárcena alertaba de que si no se da un cambio de los esquemas de desarrollo en la Región, no se alcanzarían las metas de varios ODS (CEPAL, 2019).

Source: https://indigenascovid19.red/wp-content/up...